Mujeres que abrieron brecha. Ingenieras, científicas, investigadoras, astrónomas… Todas ellas pioneras en su campo. Valientes que lucharon y ganaron. Muchas tuvieron que ejercer incluso en la clandestinidad o bajo un pseudónimo. Ellas fueron las primeras en romper estigmas sociales y allanar el camino hasta nuestros días.
Después de más de dos años dedicando nuestro blog de ingeniería a compartir información específica sobre las humedades, hoy llegamos al artículo nº 100. Para nosotros se trata de un hito importante, una fecha señalada, y por eso este artículo no podía ser sólo uno más. Desde Hume Ingeniería hemos querido brindar nuestro pequeño homenaje a todas esas mujeres de la Ingeniería que, cuando no lo tuvieron nada fácil, lograron imponer sus méritos y dejar su huella para la posteridad. Gracias a ellas, hoy tenemos entre nosotros a muchas y muy buenas ingenieras en todos los ámbitos profesionales ¿Se os ocurre un tema mejor para el 100º post? ¡Pues vamos allá!
Índice de contenidos
1. La primera en la Historia: Hipatia de Alejandría
Hipatia de Alejandría es reconocida como la primera mujer científica de la historia. Vivió entre finales del siglo IV y principios del V en Alejandría (Egipto). Nacida en alta cuna, hija del filósofo, astrónomo y matemático Theon, su vida transcurrió en el epicentro del saber y la cultura de la ciudad.
Fue autora de varios tratados sobre geometría, álgebra y astronomía. Fue inventora del densímetro, construyó un hidroscopio, un hidrómetro, e incluso optimizó el diseño de los primitivos astrolabios (instrumentos para determinar las posiciones de las estrellas sobre la bóveda celeste). Falleció asesinada en medio de los disturbios acaecidos en Alejandría tras un cambio de gobierno, donde su figura de mujer liberal e influyente la situó en una posición sensible a ojos de la plebe. Ella fue la primera de una larga lista de mujeres que cambiarían el mundo.
2. La más famosa: Marie Curie
Maria Sklodowska nació en Polonia en 1867. Pionera en el campo de la radioactividad, fue la primera mujer en recibir un premio Nobel, la única mujer en recibir más de uno, y la primera persona en recibir dos premios Nobel en distintas especialidades (Física y Química). También fue la primera mujer que ejerció de profesora en la Universidad de París, cargo que asumió tras el fallecimiento de su esposo en un accidente de coche (1910).
En 1895 Marie contrajo nupcias con Pierre Curie, adoptando el apellido por el que es mundialmente conocida. Ambos trabajaron junto a Henri Becquerel en la investigación de la radioactividad, llegando a aislar elementos como el radio y el polonio (de hecho, el nombre de este último fue asignado en honor a su país de origen). Durante años, Marie trabajó con su hija Irène (que también recibió un premio Nobel en 1935) para divulgar el papel de la radioactividad en el campo de la medicina y sus posibles aplicaciones curativas. Falleció en 1934 a causa de los efectos, entonces desconocidos, de la radioactividad sobre su organismo.
3. La primera ingeniera titulada: Elisa Leonida Zamfirescu
Nacida en 1887 en Rumanía, fue la primera mujer ingeniera del mundo. Siempre guiada por su vocación, al terminar la Secundaria trató de matricularse en el Colegio Puentes y Caminos de Bucarest, donde fue rechazada debido a los prejuicios sexistas. Elisa, ni corta ni perezosa, se fue a Alemania donde en 1909 logró plaza en la Universidad Técnica de Berlín. En realidad, tampoco fue recibida con las puertas abiertas, se cuenta que el decano trató de disuadirla alegando la famosa frase de «las tres K» (kirche, kinder, küche – iglesia, niños, cocina), estigma ampliamente extendido en la época. Favorecida, en parte, por la presencia de su hermano en la misma Academia, finalmente fue aceptada y se graduó con honores en 1912.
Su vida profesional transcurrió sin logros de relevancia a nivel internacional, pero en realidad, su huella ya había calado para siempre. Fue directora de los laboratorios del Instituto Geológico de Rumanía y, al mismo tiempo, desempeñaba labores de profesora de física y química, así como tareas de investigación, especialmente en el campo de la búsqueda de nuevas fuentes de energía. Un recorrido humilde pero pleno de satisfacción personal, para una de las figuras más importantes en la historia de la ingeniería moderna.
4. La primera ingeniera española: María del Pilar Careaga Basabe
Nacida en Madrid en 1908, procedía de una familia vizcaína de gran renombre, pues su padre era Conde de Cadagua. En 1929 se convierte en la primera mujer en obtener la titulación de ingeniería en España (Ingeniería Industrial, en la Escuela de Madrid, su promoción fue conocida como “la promoción de Pilar”). También fue la primera mujer española en conducir un ferrocarril, oportunidad que surgió al hacer las prácticas de ingeniería en la cabina de una locomotora de vapor. Su vida profesional discurrió ajena a la ingeniería y ligada a la política. Durante la Guerra Civil estuvo encarcelada y posteriormente ejerció de enfermera, asistiendo a heridos. Al acabar la guerra, fue condecorada con la Cruz Roja al Mérito Militar.
Dentro de su carrera política, ostenta distintos reconocimientos dignos de destacar. En 1964 se convirtió en la primera mujer diputada provincial de Vizcaya. En 1969 asumió el cargo de alcaldesa de Bilbao, siendo también la primera mujer alcaldesa de una capital de provincia en España. Como alcaldesa condecoró en nombre de la villa de Bilbao a todos los que habían sido víctimas de atentados de ETA, incluido el almirante Luis Carrero Blanco. El 25 de marzo de 1979 ella misma fue objeto de un atentado de ETA, en Guecho. El agresor le disparó 6 tiros cuando se disponía a bajar de su vehículo para entrar en misa, y uno de ellos le hiere gravemente en uno de los pulmones. Recuperada, aunque con secuelas, se retira de la vida pública hasta su deceso en 1993, a consecuencia de complicaciones hepáticas derivadas del atentado.
5. La primera ingeniera de color en la NASA: Mary Jackson
Mary Winston Jackson nació el 9 de abril de 1921 en Hampton, Virginia. Graduada en Matemáticas y Física, trabajó como contable, secretaria y profesora de niños de color en Maryland, hasta que en 1951 es admitida en el Centro de Investigación de Langley de la NACA (Comité Consejero Nacional para la Aeronáutica), que más tarde se transformaría en la NASA. Dos años después, el ingeniero de la NACA Kazimierz Czarnecki la requirió para que trabajaran juntos en el túnel de presión supersónico donde se estudiaba la aerodinámica de aviones y naves. Estimulada por las nuevas barreras que se abrían ante sí, Mary Jackson consiguió ser admitida en el Hampton High School, de la Universidad de Virginia, exclusiva para blancos. En 1958 es nombrada ingeniera aeroespacial, convirtiéndose en la primera mujer de color ingeniera de la NASA, donde trabajó hasta 1985.
Transcurridos 34 años en la NASA, Jackson alcanzó el puesto más alto posible para ingenieros, y se dio cuenta de que no podía ascender más sin ser antes supervisor. Al llegar a este punto decidió aceptar una degradación para pasar a ser directora de dos programas al mismo tiempo: el Federal Women’s Program en la oficina de Igualdad de Oportunidades, y el Affirmative Action Program. En estos cargos trabajó para influir tanto en la contratación como en la promoción de mujeres en la NASA, en el ámbito de la ciencia, la ingeniería y las matemáticas. Falleció en 2005, siendo el mayor icono de la integración de la mujer de color en el ámbito profesional de la ingeniería.
6. La gran marginada: Rosalind Franklin
Británica nacida en 1920, jugó un papel clave en el descubrimiento de la estructura del ADN y el genoma humano, aunque fue injustamente tratada por sus colegas y su participación no fue reconocida hasta años después. Doctorada por Cambridge en Química y Física (1941), comenzó a trabajar en la Asociación Británica de Investigación de la Utilización del Carbón. Poco después viajó a Francia para trabajar con el cristalógrafo Jacques Mering, del que aprendió a utilizar la difracción de rayos X para crear imágenes de la estructura de la materia sólida cristalizada. Se le atribuyen contribuciones esenciales en la comprensión de la estructura del ADN, del ARN, de los virus, del carbón y del grafito.
Franklin tomó las imágenes de ADN por difracción de rayos X que sugerían una estructura helicoidal y que permitieron generar inferencias sobre detalles claves acerca del ADN. La investigación y datos obtenidos por ella fueron clave para la determinación del modelo de Watson y Crick de la doble hélice del ADN (1953). Las imágenes fueron divulgadas sin su permiso y su aportación no fue reconocida. Watson, Crick y Wilkins compartieron el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1962, pero la aportación de Franklin, sin embargo, fue menospreciada y olvidada. Para entonces, Rosalind Franklin ya había fallecido (1958) a causa de un cáncer de ovarios, provocado probablemente por las largas horas de exposición a los rayos X sin la protección necesaria. A posteriori, Watson puntualizó que Franklin debió haber sido galardonada también con el Premio Nobel de Química.
7. La precursora de la bomba atómica: Lise Meitner
Lise Meitner (1878-1968) nunca lo tuvo fácil. Era mujer, judía (luego se transformaría al protestantismo) y austriaca, tres condiciones de riesgo en la Europa Central de su época. Aun así, su empeño incansable por estudiar e investigar le llevó a participar en el descubrimiento de la fisión nuclear, además de investigar la teoría atómica y la radiactividad. Doctorada en Matemáticas y Física (1906) llegó a escribir a Marie Curie para solicitar plaza en su laboratorio.
Su vida profesional transcurrió ligada a la de Otto Hahn (Berlín) en el análisis de los elementos radiactivos. Su condición de judía, sin embargo, la obligaba a trabajar en el sótano y no podía acudir a muchas conferencias ni lecciones. En cualquier caso, siguió colaborando con Hahn incluso después de tener que huir a Suecia en 1938 debido al ascenso del partido nazi. Cuando Hahn descubrió que los átomos de uranio se dividían al ser bombardeados con neutrones, ella calculó la energía liberada en el proceso, y llamó al fenómeno fisión nuclear. Este proceso fue la base sobre la que se desarrolló años después la bomba atómica. El logro le valió a Hahn el Nobel de Química en 1944, pero la aportación de Meitner fue pasada por alto. La historia, en cambio, le brindó un sensible reconocimiento: el elemento 109 de la tabla periódica recibió en su honor el nombre de Meitnerio.
8. La primera mujer de la Academia Nacional de Ingeniería de USA: Lillian Moller
Lillian Moller (California, 1878) es conocida como la Madre de la Gestión Industrial y la Primera Dama de los Estados Unidos de Ingeniería. Licenciada en Letras por la Universidad de California en Berkeley (1900), máster en Literatura (1902) y Doctorada en Psicología en la Universidad de Brown (1915), en realidad, gran parte de su legado nace a raíz de su matrimonio con Frank Gilbreth, fruto del cual vieron la luz doce hermosas criaturas. Lillian y Frank eran expertos en eficiencia y productividad. Los libros Cheaper by the Dozen y Belles on their toes (escrita por sus hijos Ernestine y Frank Jr.) son la historia de su vida familiar y describen cómo aplican su estudio de organización y gestión del tiempo en las actividades diarias de una familia tan extremadamente grande.
Tras la repentina muerte de Frank en 1924, Lillian fue la primera persona en integrar la psicología en los conceptos de la gestión industrial, siendo la precursora de lo que hoy conocemos como ergonomía en el trabajo. En 1926 se convirtió en la primera mujer de la Academia Nacional de Ingeniería de los Estados Unidos. Durante la Gran Depresión, creó un programa nacional llamado “Compartir el trabajo”, en el que generaba nuevos puestos de empleo. Durante la Segunda Guerra Mundial, trabajó como consultora para el gobierno, y estuvo al cargo de la conversión de las fábricas en las bases militares. Y en medio de tan ajetreada vida, aún tuvo tiempo para inventar objetos variopintos como el cubo de basura de pedal y los estantes de la puerta de la nevera. Lillian Moller falleció en Phoenix, Arizona, a los 94 años de edad (1972).
9. La ingeniera del ferrocarril: Olive Dennis
Olive Dennis (1885-1957) fue la segunda mujer en graduarse en la Universidad de Cornell, con un título en Ingeniería Civil. También obtuvo el Máster en Matemáticas y Astronomía de la Universidad de Columbia y era Licenciada en Artes por el Goucher College. Tras meses de negativas, en 1920 consiguió entrar a trabajar en la compañía de ferrocarril Baltimore y Ohio Railroad (B&O), en calidad de dibujante en el departamento de ingeniería. Su cometido inicial era el de diseñar puentes, pero a los pocos meses, fue ascendida a Ingeniera de Servicio con el objetivo de mejorar el servicio y el confort de los pasajeros. En aquel entonces, nadie imaginó lo prolífica que iba a resultar en su nuevo puesto.
Olive Dennis inventó los asientos parcialmente reclinables, la tapicería resistente a las manchas, la iluminación del techo de intensidad regulable y los tocadores para mujeres provistos de toallas de papel, jabón y agua. Por si esto fuera poco, también reajustó otras áreas del servicio para pasajeros, que no tenían que ver con su campo de ingeniería: simplificó los cuadros de horarios de los convoyes, modificó el servicio de comidas tras un exhaustivo estudio dietético e incluso diseñó las nuevas vajillas de porcelana de la compañía, un éxito que reportó grandes ventas adicionales a su empresa. A Olive Dennis se le atribuye la frase: “No importa lo exitoso que pueda parecer un negocio, puede serlo aún más si se considera el punto de vista de las mujeres”. Olive se retiró en 1951 siendo la primera mujer en convertirse en miembro de la Asociación Americana de Ingeniería del Ferrocarril.
10. La astronauta: Valentina Vladímirovna Tereshkova
Valentina Vladímirovna Tereshkova (Unión Soviética, 1937) se graduó como ingeniera espacial en 1969 y recibió el doctorado en ingeniería en 1977 . Esta ingeniera rusa se convirtió en la primera mujer, y a la vez el primer civil, que ha volado al espacio, habiendo sido seleccionada entre más de cuatrocientos aspirantes y cinco finalistas al piloto del Vostok 6 el 16 de junio de 1963. Completó 48 órbitas de la Tierra en sus tres días en el espacio.
Las tareas de preparación de Valentina fueron arduas. La capacitación incluyó vuelos de ingravidez, pruebas de aislamiento, pruebas en centrifugador, teoría de cohetes, naves espaciales de ingeniería, 120 saltos en paracaídas y formación de pilotos en aviones de combate MiG-15UTI. Finalmente, con un solo vuelo, Valentina registró más tiempo de vuelo que la sumatoria de todos los tiempos de todos los astronautas estadounidenses que habían volado antes de esa fecha. Tuvieron que pasar 19 años hasta que una segunda mujer, Svetlana Savitskaya, voló al espacio. Recientemente, en 2013, Valentina volvió a sorprender al mundo a sus 76 años, expresando su deseo de viajar a Marte, aunque el viaje fuera sólo de ida.
Confiando en que haya sido de vuestro agrado, hoy hemos querido ensalzar la figura de estas diez ingenieras, merecedoras de toda nuestra admiración y cuya historia vale la pena conocer. La semana que viene retomaremos nuestra rutina volviendo a poneros al día sobre cualquier novedad relacionada con las humedades en las viviendas. Recordad que aceptamos propuestas para seguir escribiendo y, si crees que este artículo lo merece, comparte o comenta para que llegue a más gente. Muchas gracias a todos por seguirnos, ¡y a por 100 artículos más sobre humedades!
El contenido de este artículo ha sido elaborado gracias a referencias externas de diversas páginas web, como Wikipedia o El Confidencial.
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