Hoy os vamos a presentar de una forma breve y sencilla los distintos tipos de humedades que existen. De este modo, enseguida sabréis distinguir cuál es la que os ronda la cabeza y podréis empezar a informaros sobre la humedad que realmente os preocupa, y no sobre humedades en general (que veréis que son muy distintas y dan mucho de sí).
En un edificio concurren gran variedad de materiales con características y capacidades de absorción de agua muy diferentes. Según su procedencia, o forma de extenderse el agua en una unidad constructiva, podemos distinguir las siguientes humedades:
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HUMEDAD DE OBRA
Se dice del agua que proviene de la propia construcción del edificio, y es que levantar un edificio exige toneladas de agua, más aún en técnicas de construcción “in situ”. En estos casos lo que ocurre es que no se ha producido un secado suficiente de la superficie antes de haber aplicado los revestimientos y acabados, o antes de la ocupación de la vivienda.
La humedad de obra, por tanto, la identificaremos en todos aquellos cerramientos realizados con la llamada “obra de fábrica” y en sus acabados superficiales en los que intervenga mortero (fábrica de ladrillo, bloque y mamposterías, hormigón “in situ”, revestimientos continuos de mortero de cemento o cal y guarnecidos de enlucidos de yeso, revestimientos de baldosas, recibidas con mortero de cemento…).
HUMEDAD POR FILTRACIÓN
Se dice del agua pasa a través de intersticios macroscópicos (poros de gran tamaño) de un modo directo. ¿Y cuáles son estos poros de gran tamaño? Pues normalmente fisuras en los materiales y poros u oquedades en la homogeneidad del propio material.
Factores normalmente presentes que favorecen este fenómeno son la acción de la gravedad y la acción del viento. El ejemplo más típico e intuitivo: el paso de la lluvia en los tejados, discurriendo por los espacios entre tejas rotas o movidas.
Se pueden distinguir varios tipos de humedades de filtración, en función de su situación, de la procedencia del agua y del camino seguido por ésta. Así, tenemos humedades por filtración en cubiertas planas, en cubiertas inclinadas, en fachadas… distinguiendo a su vez, en éstas últimas:
- En los remates superiores (cornisas y petos de terraza) es frecuente la filtración por los bordes o por las juntas de las piezas. Esto se produce sobre todo cuando la albardilla es insuficiente o inadecuada (poco impermeable, con escaso vuelo en los dos frentes o con juntas muy abiertas entre piezas).
- En todo tipo de relieves (molduras puntuales o lineales, balcones, etc.), en el encuentro entre el plano de la fachada y otro más o menos perpendicular, que sea horizontal.
- En huecos de ventana (encuentro de planos perpendiculares formando diedros en los que coinciden juntas constructivas).
- En los paños ciegos, a través del propio poro del material constitutivo del cerramiento y a través de grietas y fisuras previas en la unidad constructiva.
Descubre aquí cómo combatir las humedades por filtración
HUMEDAD CAPILAR
Se dice del agua pasa a través de intersticios microscópicos (poros de pequeño tamaño). A este paso colabora la acción conjunta de fuerzas internas de tensión superficial y es independiente de la acción del viento o de la gravedad, pero no, claro está, de la capilaridad del material y de la humedad exterior.
Este fenómeno puede aparecer en cualquier cerramiento, tanto horizontal como vertical, que esté constituido por materiales porosos, de estructura capilar (tubular) y con algún punto de contacto con el agua, ya venga ésta desde el suelo, desde jardineras adosadas a fachada, desde plataformas horizontales exteriores donde pueda acumularse el agua (terrazas, molduras, etc.) o desde cualquier otro punto hasta donde pueda llegar agua (un ejemplo de este fenómeno es la ascensión del agua desde la base de los muros en contacto con zonas húmedas, comúnmente conocida como «capilaridad» a secas).
Podemos distinguir tres puntos clave donde encontramos esta lesión:
- En el arranque de muros desde el terreno.
- En los pavimentos de plantas bajas o sótanos en contacto con el suelo, cuando no se ha interpuesto capa de drenaje (encachados) ni membranas impermeables.
- En una serie de puntos en fachada: encuentros de elementos verticales de fachada con pequeñas plataformas horizontales (normalmente impermeables) bien sean suelos de terraza, bien molduras horizontales, bien vierteaguas y albardillas.
Descubre aquí cómo eliminar las humedades por capilaridad
HUMEDAD POR CONDENSACIÓN
Se produce al alcanzar el aire la temperatura de rocío, generalmente, sobre superficies frías. Se forman gotitas que se depositan sobre estas superficies y que debido a la adhesión mutua y a la gravedad, se van agregando hasta formar mayores núcleos húmedos. En este caso no existe una penetración o un transporte de agua, sino un cambio de estado físico (por ejemplo, el chorreo en alicatados de cocinas y baños cuando hay una gran producción de vapor en la estancia).
Pero este fenómeno de condensación no sólo es superficial, sino que se puede dar en los intersticios de los elementos si en éstos se alcanza la temperatura de rocío. Así, podemos distinguir tres tipos de humedades por condensación:
- Condensación superficial interior. Se produce cuando la temperatura superficial interior es inferior a la de rocío. Este caso se produce, sobre todo, por un aumento exagerado de la presión de vapor en dicha superficie, lo cual, a su vez, puede deberse bien a la alta producción de vapor en el local en cuestión (baños, cocinas, etc.), bien a la impermeabilidad del material de acabado superficial interior del cerramiento (vidrio). El síntoma es un evidente goteo. También puede darse en locales con una producción de vapor de agua moderada y con acabados superficiales más porosos (dormitorios, salas de estar, etc.). Entonces la causa suele estar en un aislamiento insuficiente del cerramiento (sobre todo en puentes térmicos).
- Condensación intersticial. Cuando el fenómeno físico se produce en algún punto del interior del cerramiento gracias a que, ante la presión de vapor de agua que llega hasta él, la temperatura existente es inferior a la de rocío que le corresponde a aquel. Este segundo caso de condensación depende no sólo de la cantidad de vapor de agua que atraviese el muro y del gradiente de temperatura del mismo, sino además, de la constitución del propio cerramiento, la disposición de las distintas capas que lo conforman y de la permisividad al paso del vapor del agua de cada una de ellas, así como de su coeficiente de aislamiento.
Otro tipo de condensación intersticial a tener en cuenta aparece sobre las tuberías de agua fría o metálicas alojadas en los cerramientos, sobre todo tabiques.La condensación intersticial y la interior pueden aparecer simultáneamente, dado que parte del vapor de agua sigue desplazándose hacia el exterior a pesar de que se haya producido ya la condensación en la superficie interior del cerramiento.
- Condensación higroscópica. Cuando la causa fundamental es la presencia de sales higroscópicas en el interior de los poros del material. Se trata, por su localización, de una condensación intersticial, pero conviene distinguirla de ésta a los efectos de su reparación ya que no nos preocupará tanto el aislamiento o la presión de vapor de agua como la eliminación de las sales higroscópicas que causan la acumulación del vapor de agua y su condensación. La presencia de dichas sales suele ser consecuencia de su disolución y arrastre por anteriores humedades de capilaridad o de filtración. Los poros superficiales de los materiales de acabado son especialmente propicios a la cristalización de estas sales cuando se produce la evaporización del agua contenida en ellos.
Descubre aquí cómo acabar con las humedades por condensación
HUMEDAD ACCIDENTAL
Aparece cuando alguna conducción de agua sufre una rotura provocando el paso del líquido al cerramiento que lo contenía o que estaba próximo. Podemos llegar a distinguir varios subtipos en función de la causa que ha producido la rotura del conducto que, en principio, se pueden agrupar en tres:
- Rotura del conducto por sobretensión en el mismo, debida a cambios dimensionales.
- Rotura por acción mecánica sobre el conducto. Se incluyen aquí el conjunto de acciones exteriores, normalmente puntuales, provocadas por el uso (o mal uso) del edificio y su entorno.
- Corrosión de los conductos metálicos, que puede ser debida al propio fluido que discurre por su interior (“corrosión por inmersión”), a la aparición de pares galvánicos en el conducto, o a la aparición de humedad sobre la superficie de los conductos que, ayudada por la falta de protección exterior de los mismos, acelera la corrosión por “inmersión” o por “aireación diferencial”. En cualquiera de los casos, la corrosión del tubo va disminuyendo la sección de sus paredes hasta que éstas no admiten la presión interior, o bien las tensiones de tracción o esfuerzo cortante.
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