Acabo de arreglar la fachada y ya tengo problemas de humedades. Eso es lo que debió de pensar el propietario de esta vivienda en el caso real que hoy vamos a contaros. El objetivo es el de siempre: exigir soluciones profesionales y fiables ante cualquier problema de humedad.
Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Posiblemente este sea el caso de la siguiente fotografía tomada en la provincia de Ourense. Una fachada en cuya superficie afloran infinidad de burbujas. Un problema estético, sin duda, pero también un problema de humedades que se pudo haber evitado.
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¿Por qué salen esas burbujas en la fachada?
Esas burbujas son la consecuencia de que alguien ha intentado arreglar un problema de humedades con la solución que no debía. Ya sea por desconocimiento o por mal asesoramiento, la elección de un producto erróneo para solucionar el problema de humedades ha desembocado en una situación aún peor: ha cambiado un problema por otro y encima ha provocado una imagen antiestética, del todo indeseable.
¿Qué humedades había antes y qué humedades hay ahora?
A la vista del estado actual de la fachada, se deduce que la vivienda padecía un problema de humedad por filtración del agua de la lluvia y han tratado de solucionarlo mediante la impermeabilización con un producto que ha resultado inapropiado. Este revestimiento parece ser una membrana impermeable del tipo clorocaucho, es decir, un producto que se presenta en estado líquido, como las pinturas, y es impermeable tanto al agua como al vapor de agua, además de ser elástico.
Todo se resumen en lo siguiente: había filtraciones por la fachada y se combaten con un material impermeable. Eso evita las filtraciones, pero no se han tenido en cuenta las demás propiedades del producto escogido. Hoy, ya no hay filtraciones, pero sí hay un problema de humedad por condensación que antes no había y, además, la fachada está abombando y afeando con burbujas.
¿Por qué la fachada impermeabilizada genera humedad?
La elección de este tipo de materiales para la impermeabilización de una fachada es un grave error, por dos motivos. Por un lado, el CTE en su documento DB-HS1 no lo contempla como revestimiento/impermeabilización para fachadas, con lo cual ya existe un incumplimiento normativo. Pero sobre todo, el segundo y más evidente de los motivos: hemos escogido un material que es impermeable al agua, hasta aquí bien, pero que lamentablemente también es impermeable al vapor de agua, craso error.
Un material impermeable al vapor de agua es una de las causas de rehabilitación de fachadas que más a menudo favorece la aparición de humedades por condensación, humedades que hasta ese momento no existían. Antes de la aplicación de este producto, la vivienda tiene de forma natural una cierta capacidad para intercambiar aire con el exterior. A través de los poros de los distintos materiales de construcción de la fachada se produce un trasvase de aire que, en el momento de aplicar una barrera impermeable al vapor, deja de producirse. La consecuencia es que la vivienda tiene una nueva incapacidad para deshacerse del exceso de humedad del aire, lo que se traduce en una humedad ambiental superior a la de antes, aumentando el riesgo de condensaciones. La fachada ya no transpira.
¿Y cómo se forman las burbujas?
A pesar de que hemos cambiado un problema de humedad por filtración por un problema de humedad por condensación, en realidad esto ni siquiera explica las burbujas. Estos globos son otra consecuencia más de la desastrosa elección del material para la fachada.
La formación de estas antiestéticas ampollas se explica a través de filtraciones por lugares mal impermeabilizados. Ya sea desde un lugar distinto, como podría ser el tejado, o ya sea desde la propia fachada, como por ejemplo a través de grietas y fisuras en el revestimiento, lo cierto es que el paramento absorbe agua que corre por detrás de nuestra nueva “impermeabilización”. A medida que hace calor y suben las temperaturas, esa agua tiende a evaporarse y se encuentra en su camino la nueva lámina impermeable al vapor que se lo impide, así que en su intento por salir abolla el revestimiento creando estas burbujas.
Caso aislado
¿Diríais que esta mala práctica es en realidad un caso aislado? ¿Diríais que no es habitual que se produzcan estos desaguisados? ¿Diríais que a vosotros nunca os ocurriría y que ya es mala suerte estar tan mal asesorado? Aquí os dejamos una imagen de otra fachada distinta, en este caso en la provincia de A Coruña, que tal vez no piense lo mismo.
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