Si existe un evento de actualidad acaparando portadas y medios informativos en este momento ese es, sin duda, el Mundial de Fútbol 2018 que se está disputando en Rusia. Transcurridos pocos días desde el inicio de la competición, los protagonistas han encontrado un adversario tan común como inesperado: la humedad.
Once son las ciudades rusas en las que se desarrolla la competición: Moscú, Samara, Kaliningrado, Kazán, Nizhni Novgorad, Rostov, San Petersburgo, Saransk, Sochi, Volgogrado y Ekaterimburgo, todas ellas repartidas entre el Cáucaso y el Báltico. Y contra todos pronóstico, Rusia ha recibido a las selecciones de fútbol en unas condiciones impropias del país eslavo. La meteorología está deparando condiciones especialmente altas de humedad y temperatura que, a la postre, condicionan el rendimiento de los futbolistas.
La humedad es uno de los factores que influye en la capacidad física de un individuo. Una atmósfera con altas concentraciones de vapor de agua, es decir, lo que conocemos como un ambiente cargado de humedad, dificultará la capacidad del cuerpo humano para evaporar el sudor y, al mismo, tiempo, la elevada temperatura del aire impide un adecuado intercambio de calor hacia la atmósfera. La humedad y la temperatura están, en definitiva, alterando los mecanismos de regulación naturales del cuerpo humano.
Un jugador de 75 kilos pierde más de tres litros de líquido mediante la sudoración al cabo de los primeros 45 minutos de partido, afectando directemente a su equilibrio hídrico. Otro cambio en el organismo de los jugadores bajo estas condiciones climáticas es que la sangre se desvía hacia la piel, por lo cual aumenta el ritmo cardíaco, con la consiguiente fatiga. Tal es así, que durante los últimos años se ha introducido, especialmente en países tropicales y en Sudamérica, la novedad reglamentaria en la que el árbitro detiene el partido para permitir a los futbolistas rehidratarse y minimizar los riesgos sobre su salud.
Desde el pasado 14 de junio en que arrancó la competición se han venido sucediendo las sorpresas en los resultados. Estamos sólo en la primera fase de grupos pero en los últimos días se han jugado ya un buen puñado de partidos y, al término de todos ellos, las declaraciones de jugadores y entrenadores marcan el foco de su rendimiento sobre las condiciones climáticas: la humedad nunca es buen aliado para conseguir tus objetivos.
Bibliografía de referencia: artículo ¿Cómo afecta el clima a los jugadores del Mundial de Brasil? de Ryth Lelyen publicado en www.vix.com
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