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¿Cuál es el origen de la humedad por capilaridad?
La humedad por capilaridad tiene su origen en el agua que discurre por el subsuelo. Esta agua circula libremente por el terreno sobre el que se asienta nuestra vivienda y constituye lo que se conoce como nivel freático, es decir, la profundidad a la cual el terreno se encuentra saturado de agua.
En un mundo perfecto todas las casas deberían construirse sobre unos cimientos estancos e impermeables, que garantizasen el absoluto aislamiento de la vivienda frente a posibles filtraciones del agua que fluye por el terreno. Tristemente, en realidad, la mayoría de las edificaciones presentan defectos en su construcción, y abundan las cimentaciones ineficaces.
¿Qué debe ocurrir para que exista un problema de humedad por capilaridad?
El hecho de que haya agua circulando bajo una vivienda que presente un mal aislamiento frente al terreno no es motivo suficiente para originar humedades por capilaridad. Es imprescindible que confluya un segundo factor simultáneamente: los muros y tabiques han de presentar poros de unas características muy determinadas.
Este segundo factor es, tal vez, el factor clave para entender la humedad por capilaridad. Sabemos que los muros y tabiques son los que absorben la humedad del terreno cuando el aislamiento es ineficaz, sus síntomas típicos son abombamientos de la pintura, desconchones en las paredes, aparición de eflorescencias, pero… ¿cómo lo hacen? ¿cómo asciende realmente el agua del terreno a través de los muros de la vivienda?
¿Cómo asciende realmente el agua del terreno por las paredes?
La respuesta es: por medio de los poros de sus materiales. Este proceso es el que comúnmente asociamos al “efecto pajita”: si tenemos un vaso lleno de agua y dos pajitas de distinto diámetro, el resultado que obtendremos al sorber por cada una de ellas será distinto. Cuando nosotros sorbamos por la pajita estaremos creando un vacío en su interior, de manera que se produce una tensión en el líquido que es la causante de que el agua suba por la pajita. Suponiendo que nosotros aspiremos siempre con la misma fuerza, es evidente que el diámetro de la pajita será el que condicione que el agua suba o no y, en caso afirmativo, a qué altura será capaz de subir. Cuanto menor sea el diámetro de la pajita, mayor altura alcanzará el agua.
Entendido el “efecto pajita”, la humedad por capilaridad sigue este mismo principio. Dependiendo de la estructura de los poros y de la presión que se cree en el interior de esos tubos capilares del muro, el agua del terreno ascenderá alcanzando una altura determinada. ¿Y en qué parte de los muros encontramos más poros? Pues con independencia del tipo de muro del que hablemos, siempre encontraremos un gran número de poros y conductos capilares en las juntas entre piezas contiguas, por lo que suponen siempre un camino por el que el agua puede fácilmente abrirse paso. En resumen, las juntas de mortero entre ladrillos, bloques o piedras son normalmente el recorrido del agua hasta nuestras casas.
¿Qué otros factores influyen para dar lugar a la humedad por capilaridad?
Debemos saber que la estructura de los poros no es el único factor determinante para que se produzcan humedades por capilaridad, pero sí es el más significativo. Existen otros aspectos con menor importancia a la hora de determinar este fenómeno, y de entre todos ellos, no debemos olvidarnos de citar el potencial eléctrico del muro frente al agua. Aunque se trate de un aspecto más complejo de entender, trataremos también de aclarar por qué motivo el potencial eléctrico del muro influye en la humedad por capilaridad.
Dado que el agua discurre subterráneamente, antes de ascender por los tabiques de nuestra vivienda, topa con muchos elementos orgánicos presentes en la naturaleza. Durante su recorrido bajo tierra va incorporando a su composición una serie de sales solubles entre los que cobran relevancia los cloruros, nitratos y sulfatos. Es por ello, que cuando el agua del terreno asciende por los muros, lo hace acompañada de estas sales, y estas sales, por su composición, son las que dotan de carga eléctrica al muro.
¿Y qué pasa si el agua del terreno arrastra sales en su camino?
Cuando esto ocurre, y en mayor o menor medida siempre ocurre, el efecto de la capilaridad se ve agravado por dos motivos:
- Por un lado, cuando el agua de las paredes se evapora las sales perduran, y degradarán igualmente las capas de pintura y los revestimientos.
- Por el otro lado, tanto nitratos como cloruros son compuestos higroscópicos, lo que significa que tienen propiedades que absorben el agua por sí mismos, de modo que habiendo sales mayor es el poder de absorción de agua y más grave será nuestro problema de humedad por capilaridad,
Además, estos compuestos no sólo atraen la humedad del terreno, sino que también atraen la humedad contenida en el aire que respiramos, con lo cual la humedad del muro va a seguir aumentando. En estos casos ya no estamos en exclusiva ante un caso de humedad por capilaridad, pues a este habría que sumar también la humedad por captación de vapor de agua del aire.
Delia dice
Muy interesante