Prueba de estanqueidad en carpintería o, para entendernos, prueba de agua sobre una puerta para saber si hay filtraciones. Al hilo de nuestro artículo sobre cómo efectuar una prueba de agua en una terraza, hoy vamos a hacer extensivo el ensayo también a una puerta de acceso a la propia terraza. Y es que, cuando el resultado de la prueba sobre la terraza concluye que no hay filtraciones, vamos a necesitar seguir indagando para encontrar el origen de las humedades.
A través de las fotografías que iremos incorporando, se ilustrará el correcto procedimiento para ensayar la estanqueidad de una carpintería frente al agua. En este caso, hemos elegido la secuencia sobre una puerta, ya que presenta más complejidades de las que presentaría una ventana. Pretendemos emular la respuesta que tendrá la puerta frente a episodios de precipitaciones y, para ello, es importante definir el orden en que seguiremos cada paso durante la prueba. En esencia, se trata de ir siguiendo una secuencia lógica durante el ensayo. Una secuencia que permita descartar puntos susceptibles de ocasionar filtraciones pero sin comprometer otras superficies distintas de las que, paso a paso, vamos ensayando.
En el caso de la prueba de estanqueidad que ilustraremos, se recurre al método de regado por aspersión, es decir, aplicar un chorro de agua desde un instrumento del tipo manguera sobre la superficie que queremos examinar. Lo ideal es respetar no sólo el orden entre cada paso del ensayo, sino también el orden dentro de cada paso.
Cuando nos referimos al orden entre cada paso, queremos decir que no podemos ensayar un elemento que pueda arrojar falsos resultados, que es lo que ocurriría si al verter agua sobre nuestro punto de ensayo resultase que el agua discurra también sobre otros puntos conflictivos. En este caso, no respetar el orden podría inducir a pensar que el origen de la filtración es el punto ensayado, cuando en realidad podría serlo el otro punto comprometido. Y por el otro lado, cuando nos referimos a respetar el orden dentro de cada paso, nos referimos a ensayar todas las posibles variantes que atingen al ensayo del punto en cuestión, por ejemplo, en un regado por aspersión debemos ensayar todas las posibles orientaciones con que pueda soplar el viento y variar la incidencia del chorro de agua, ya que de lo contrario podríamos cometer el error de dar por bueno el ensayo sobre una superficie que no tenga una adecuada estanqueidad.
Ahora sí, vamos con las fotografías que ilustran nuestra prueba de estanqueidad.

Se rocía agua por aspersión únicamente sobre el solado sin comprometer el encuentro con la carpintería. No se evidencian filtraciones a simple vista.

Se rocía agua por aspersión sobre el encuentro entre solado y carpintería, sin comprometer los raíles de la persiana. No se evidencian filtraciones a simple vista.

Se rocía agua por aspersión sobre los raíles de la persiana, sin comprometer el marco de la puerta. Se ensaya por separado el raíl izquierdo y el raíl derecho. No se evidencian filtraciones a simple vista.

Se rocía agua por aspersión únicamente sobre el encuentro entre solado y fachada, sin comprometer la carpintería. No se evidencian filtraciones a simple vista

Se rocía agua por aspersión sobre el encuentro entre vierteaguas y marco inferior de la carpintería, sin comprometer la propia puerta abatible. No se evidencian filtraciones a simple vista.

Se rocía agua por aspersión sobre el encuentro entre fachada y carpintería, sin comprometer el raíl de la persiana ni la propia puerta. No se evidencian filtraciones a simple vista.

Se rocía agua por aspersión sobre la puerta con la persiana plenamente descendida. No se evidencian filtraciones a simple vista.
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