El punto de rocío es la clave para entender por qué se producen las humedades por condensación. Este concepto es una de las dudas más recurrentes y difíciles de resolver entre quiénes padecen un problema de humedad por condensación. Por eso hoy vamos a tratar de simplificar la explicación mediante un ejemplo real, medido a pie de obra por uno de nuestros ingenieros. Recuerda que si tú también tienes un problema similar, puedes solicitar nuestro servicio de diagnóstico de humedades.
Qué es el punto de rocío
El punto de rocío es la temperatura a la cual el aire comienza a condensar, es decir, inicia un cambio de estado, pasando de ser un gas para transformarse en un líquido. En el momento en que el aire entra en contacto con cualquier superficie cuya temperatura está por debajo de la temperatura de rocío, se produce la condensación.
A menudo, la humedad por condensación en una vivienda suele manifestarse mediante ventanas empañadas e incluso mojadas, principalmente a primera hora de las mañanas de invierno. Aunque hay otros muchos síntomas característicos de la humedad por condensación (moho en ropa y armarios, manchas negras en techos y paredes, olor a humedad y a casa cerrada…), es a primera hora del día cuando coinciden las dos variables que más influyen en su aparición: un aire con elevada concentración de humedad y muchas superficies con bajas temperaturas.
A primera hora de la mañana, el aire interior de la vivienda tiende a presentar elevadas concentraciones de vapor de agua, consecuencia de haber transcurrido largas horas de sueño con puertas y ventanas cerradas. Durante este tiempo nosotros mismos hemos estado emitiendo vapor de agua mediante la respiración, sin que la casa haya tenido posibilidad de renovar este aire para reducir su humedad. Cuando este aire, que tiene elevada concentración de humedad, entra en contacto con superficies frías, condensa. Y en invierno, con las bajas temperaturas del exterior, es habitual que los vidrios y marcos de las ventanas presenten muy bajas temperaturas, al igual que la mayoría de las paredes exteriores. La consecuencia final es la condensación del aire, que pasa a formar gotas de agua sobre estas superficies.
Ejemplo de punto de rocío
El punto de rocío es una propiedad del aire perfectamente medible. En el caso de la siguiente fotografía, el punto de rocío está fijado en 13,7 ºC. Esto significa que el aire que envuelve esta estancia condensará en el momento en que entre en contacto con cualquier superficie cuya temperatura esté por debajo de 13,7 ºC.
No debemos confundir el punto de rocío con otros conceptos como la temperatura del aire o la humedad relativa, que también son medibles. En realidad, estos dos factores condicionarán el valor del punto de rocío, que en el fondo es un valor de temperatura que varía dependiendo de las propiedades del aire. Esto significa (y es crucial entender este cambio), que en el momento en que el aire haya mutado su temperatura (por ejemplo con la calefacción) o en el momento en que el aire haya cambiado su concentración de humedad (por ejemplo mediante ventilación), el punto de rocío también habrá variado, pasando a ser un valor distinto del considerado. La parte buena de esta conclusión, es que tendremos a nuestro alcance distintas herramientas para regular el punto de rocío acorde a nuestros intereses.
Tal y como se desprende de la imagen anterior, en la que vemos un montón de gotitas de agua en el marco blanco de la ventana, la carpintería de aluminio está siendo foco de condensación. Esto sucede porque la temperatura de esta superficie es menor al punto de rocío. En concreto, la siguiente imagen nos revela por medio de un termómetro láser que la temperatura del aluminio es de 12,7 ºC, valor inferior a 13,7 ºC. Esta es la clave que explica por qué se está generando humedad por condensación: hay una superficie cuya temperatura es inferior al punto de rocío.
Por definición, la humedad por condensación se producirá sobre una superficie con menor temperatura que el punto de rocío. Entender cómo varía el punto de rocío será lo que nos permita encontrar la solución más eficaz a la humedad por condensación en nuestra vivienda, y esto podrá lograrse según el caso, influyendo sobre la humedad del aire, influyendo sobre la temperatura de las superficies cercanas, o bien influyendo sobre ambas.
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