En nuestro anterior artículo ¿Qué es la humedad por condensación? Explicación para profanos tratábamos de desmenuzar qué es y cómo se produce la humedad por condensación. Siguiendo el hilo de aquella explicación, llegábamos a la conclusión de que la solución a la humedad por condensación pasa por sustituir el aire interior de la vivienda, ajustándonos a unos cálculos específicos para cada caso. Además, nos comprometíamos a contaros también las distintas soluciones a la humedad por condensación, cuáles son válidas y cuáles no lo son, cuáles ofrecen garantía y cuáles sólo funcionan en ocasiones, sin olvidar tampoco aquellas que en realidad no resuelven el problema pero se encuentran extendidas pese a su ineficacia. Bien, pues como tenemos tanto que contar, ¡vamos allá!
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La solución definitiva a la humedad por condensación, ¿por qué sé que funcionará?
La solución a la humedad por condensación pasa por un sistema de ventilación controlada, dimensionado para cada caso en concreto.
El objetivo es sustituir el aire interior que nos está generando problemas de humedad, por otro cuyo punto de rocío sea muy inferior, de forma que ninguna superficie de la vivienda se encuentre a una temperatura más baja.
Para comenzar con los cálculos que nos lleven a saber cuál es la solución concreta para cada caso, debemos remitirnos al Código Técnico de la Edificación. El Código Técnico de la Edificación (CTE) es el marco normativo que establece las exigencias que deben cumplir los edificios en relación con los requisitos básicos de seguridad y habitabilidad establecidos en la Ley. Es decir, que si tu vivienda cumple con los requisitos establecidos en el CTE te estará garantizando las condiciones de habitabilidad.
En referencia al aire interior de una vivienda, el CTE, en su Documento Básico «Salubridad», capítulo 3 «Calidad del aire interior» (ya vamos viendo que cada nombre es indicativo de lo que se pretende conseguir), define las condiciones mínimas que debe cumplir una vivienda para lograr este objetivo. Por tanto, el sistema adecuado de ventilación para tu vivienda, el sistema que garantizará la ausencia de humedades por condensación, será cualquiera que cumpla los mínimos de renovación de aire que se recogen en esta normativa.
¡Pero ojo! Porque los mínimos a cumplir no son siempre los mismos números. Dependiendo de una serie de parámetros que se fijan en esta normativa (podéis verlo vosotros mismos en el link anterior), resultarán unos caudales de aire distintos para cada caso. El resultado dependerá siempre de muchos condicionantes específicos, por lo que no se puede generalizar. Por eso es imprescindible efectuar los cálculos para cada caso. Cualquier sistema que garantice esos caudales de aire será garantía de éxito.
Ahora sí, con los cálculos hechos y los números en la mano, sólo cabe ir al mercado a conocer los distintos elementos capaces de conseguir este resultado para nuestro caso.
El simple flujo
La solución más elemental es aquella que se limita a renovar el aire acorde a las necesidades calculadas. Existen circuitos de ventilación que extraen el aire en las zonas con exceso de humedad y lo expulsan al exterior de la vivienda. Estos elementos se encargan únicamente de la extracción (sacan el aire con humedad), por lo que su instalación debe efectuarse siempre complementada con elementos de impulsión (meten aire de fuera, que contiene menos humedad).
Para cada caso, siempre y cuando se cumpla el mínimo de renovaciones de aire resultante de los cálculos, debemos mirar una serie de factores secundarios a la hora de elegir el circuito: precio, consumo eléctrico, ruido, dimensiones, facilidad de instalación, mantenimiento, etc. Todos estos factores son perfectamente medibles y cuantificables, así que no te lances a decantarte por uno u otro sin que antes te pongan todos ellos por escrito, evitemos sorpresas cuando ya sea demasiado tarde…
En cuanto a los elementos de impulsión, lo más sencillo y extendido son las rejillas higrorregulables. Unas rejillas instaladas en la carpintería o directamente en fachada, que dependiendo de la humedad interior en la vivienda se van abriendo o cerrando automáticamente para dejar entrar más o menos cantidad de aire.
¡Atención para incautos!: estos sistemas, cumpliendo con las disposiciones del CTE, extraen aire con exceso de humedad en cocinas y baños e incorporan aire con menos humedad en el resto de estancias, ¡pero no al revés! Existen sistemas que introducen el aire desde una única estancia para toda la casa y expulsan la humedad por el resto de habitaciones, vosotros mismos podéis comprobar en el link anterior que estos sistemas incumplen la normativa.
Dejamos ya para reflexión particular de cada lector la siguiente cuestión en el aire: ¿qué fiabilidad y garantía de éxito nos ofrece un sistema que se salta a la torera las directrices legales al respecto…?
El doble flujo
Los circuitos de ventilación de doble flujo no sólo consiguen el efecto anterior, sino que tienen una ventaja añadida con respecto a ellos: aprovechan el calor del aire que expulsan para calentar el aire que meten.
Son los denominados recuperadores de calor. En este caso el mismo circuito se encarga de expulsar el aire de las estancias húmedas al exterior y de introducir el aire de la calle en la vivienda. La ventaja es el ahorro energético a medio y largo plazo, pues aprovecha la característica buena (el calor) del aire viciado que extrae, para calentar sin coste el aire bueno (baja humedad) pero frío (aire de la calle) que introduce.
A la hora de elegir un recuperador de calor, a todos los factores de decisión que comentábamos para el simple flujo debemos añadir la capacidad de reaprovechamiento de calor de cada circuito. Hay circuitos que recuperan un 50% del calor, otros un 60%, un 75%… y así hasta valores del noventa y pico por ciento.
El recuperador de estancia
Los sistemas anteriores son garantía de éxito porque satisfacen los requisitos mínimos fijados en el CTE. Sólo un sistema que cumpla esos requisitos podrá ser una garantía. Ahora bien, existe una única excepción y esa es el recuperador de estancia. ¿Por qué?
Resulta que el CTE establece los mínimos a cumplir en una vivienda en su conjunto, pero claro ¿y si tú tienes el problema sólo en una estancia? Desde luego, las soluciones que se derivan de la aplicación de la normativa resultarían sobredimensionadas para solucionar la humedad por condensación en una única habitación, pero no existe ninguna disposición que nos indique cómo proceder en este caso ¿qué hacemos entonces?
El recuperador de estancia integra la captación del caudal de aire exterior, la insuflación del aire en la vivienda, la extracción del aire húmedo y el calentamiento del aire captado. Se trata, por tanto, de un único elemento de doble flujo, capaz de conjugar la entrada del aire necesario y la salida del aire viciado, a la vez que reaprovecha gran parte del calor del aire saliente para calentar el aire entrante, pero su efecto se circunscribe únicamente a una sola estancia. ¿Es garantía suficiente para evitar la ausencia de condensaciones? Desde el punto de vista formal, como no cumple con el CTE por los motivos expuestos, cabría decir que no. Pero la realidad es que su diseño y concepción se extrapolan de los mismos principios válidos para toda la vivienda, por lo que en la práctica, una vez programado para el caudal necesario en la estancia en cuestión (por supuesto sigue siendo imprescindible efectuar el mismo cálculo, aunque sea sólo en una estancia puntual), sí consigue evitar las humedades por condensación.
¿Y las falsas soluciones?
En el artículo de hoy hemos querido profundizar en cuál es la solución debidamente justificada a las humedades por condensación. Como veis, la justificación nos la da siempre el CTE, y es importante incidir en que la solución no es única, habrá múltiples soluciones que garanticen el éxito siempre y cuando satisfagan los cálculos del CTE. En nuestro siguiente post profundizaremos en todas esas “soluciones” tan extendidas en el mercado que en realidad no garantizan atajar el problema. El por qué ya os lo podéis ir imaginando… no cumplen los mínimos que el CTE dicta para cada vivienda.
hola, cómo se puede instalar esto que nos comentas?muchas gracias.
Buenas tardes Raquel,
La instalación va a depender de cada caso concreto y de sus condicionantes. En primer lugar debe realizarse un estudio específico de las necesidades en la vivienda y de las posibilidades que nos brinda, para proyectar las distintas alternativas que cubran la demanda. Una vez conocidas las necesidades podremos proponer distintos sistemas que satisfagan el objetivo final. Las tipologías en cada caso pueden ser muy diferentes, por lo que no podríamos generalizar un método estándar para la instalación.
Atentamente,
El equipo de Hume Ingeniería.
Hola.
Me ha parecido un artículo muy interesante. Me gustaría saber la diferencia entre un VMC de doble flujo y un sistema de ventilación controlada (SVC), ya que según he leído esta segunda opción resulta mejor y más económica para un caso de humedad por condensación. ¿Esto es así?
Buenos días María,
Esta duda es tan común y nos la plantean tantas veces, que el año pasado publicamos otro artículo pretendiendo mostrar nuestra opinión: Opiniones de la ventilación por sobrepresión frente a humedades por condensación.
Pese a lo anterior, siguen surgiendo muchas dudas y las respuestas normalmente dependerán de tu caso particular, rara vez podremos generalizar que algo sea siempre mejor y más económico. Te invitamos a leer el artículo del enlace anterior y, seguidamente, contactarnos para tratar de aclarar todas las dudas que aún puedan quedar.
Atentamente,
El equipo de Hume Ingeniería.