Acabar con las humedades por capilaridad es posible y, de hecho, es un objetivo que puede lograrse de distintas formas. Dentro del campo de rehabilitación de viviendas existen muchas soluciones posibles, y como nos hemos propuesto contároslas todas, en un artículo anterior os quisimos presentar las diversas soluciones a la humedad por capilaridad. Desde entonces, hemos ido desgranando poco a poco cada una de estas alternativas, y hoy ha llegado el turno de las soluciones mediante barreras electrofísicas.
Las barreras electrofísicas basan su razón de ser en contrarrestar los efectos de un fenómeno denominado ósmosis. A grandes rasgos, este principio se basa en la diferencia de polaridad eléctrica entre el suelo y el muro, una diferencia creada por las sales del terreno que se incorporan al agua bajo tierra y que acompañan al agua en su recorrido ascendente por las paredes. El resultado es que el muro queda cargado positivamente por la carga eléctrica de las sales disueltas en el agua, por lo que actuará como polo positivo y, por el otro lado, el terreno actúa como polo negativo, creando una diferencia de potencial eléctrico entre ambos, similar al funcionamiento de una pila. Las barreras electrofísicas pretenden invertir esta polaridad para generar un flujo eléctrico en el sentido opuesto: obligarán al agua a ser atraída por el terreno y no por el muro. Es lo que se conoce como sistemas de electroósmosis.
Índice de contenidos
Electroósmosis activa
En la electroósmosis activa, para crear el campo eléctrico se recurre a la instalación de unos elementos que conducen la electricidad, llamados electrodos. Por un lado, se coloca una serie de electrodos en el muro afectado mediante perforaciones de la mitad de su espesor. La activación de estos electrodos proporcionará una carga eléctrica determinada a este muro. Por el otro lado, se coloca otra serie de electrodos enterrados a una profundidad de aproximadamente 1,30 metros, de forma que proporcionarán al terreno otra carga eléctrica propia.
Una vez instalados los electrodos tanto en el muro como en el terreno, con un aparato externo se activan las corrientes eléctricas, de forma que se crea una diferencia de potencial entre las corrientes que circulan por el muro y las corrientes que circulan por el terreno. Esta diferencial de potencial es la causante de repeler las partículas de agua que provienen del terreno cargadas eléctricamente, de manera que nunca llegan a entrar en contacto con la pared.
Electroósmosis pasiva
La electroósmosis pasiva es similar a la activa, pero se diferencian en que en la pasiva no es necesario el uso de electrodos. En la electroósmosis pasiva, para crear el campo eléctrico se coloca un instrumento eléctrico en el muro a tratar y este instrumento genera ondas electromagnéticas capaces de desplazar la humedad del muro hacia el subsuelo.
Electroforesis
La tercera variante de electroósmosis dentro del mismo fenómeno es la electroforesis, que consiste en el movimiento de una partícula sólida a través de un líquido con la ayuda de un campo eléctrico. Esto permite el relleno de poros con material sólido como la forerita, que es una arcilla coloidal. Una vez colmatados los poros, el muro debe seguir su propio proceso de secado mediante evaporación.
Método Traber
Es un método comercial patentado por Jacob Traber (1969) que combina los fenómenos de la electroósmosis y electroforesis. En primer lugar, se elimina mediante picado el revestimiento exterior del muro hasta un nivel de 50 cm por encima de la mancha de humedad. A continuación se realizan perforaciones de 35 mm de diámetro con una inclinación de 45º en línea horizontal, separados entre sí y a una altura del suelo variable en función del espesor del muro y del material que lo componga.
Debemos rellenar los huecos con productos de foresis, que son sustancias ionizables sensibles a la corriente eléctrica y solubles en el agua capilar, y se introducen los electrodos en cada orificio conexionándolos entre sí y a las cajas de conexión. Se hincan las puestas a tierra en cantidad variable conforme a las características del terreno y también se conectan a las cajas.
Al cerrar el circuito es cuando se produce un cambio en el sentido ascensional del agua, ya que la tierra (actuando como ánodo) y los electrones (pasando del cable de cobre a la placa de acero galvanizado de la puesta a tierra) hacen que se produzca el descenso de moléculas del agua hacia el terreno y la cimentación. El ciclo se completa con el relleno de poros por los productos de la foresis que posteriormente endurecen.
La ventaja de este sistema es que combina dos fenómenos, el de la ósmosis y la foresis, y además no precisa de energía, siendo de duración ilimitada si se termina correctamente el ciclo (lo que debe verificarse midiendo la diferencia de potencial al principio y final del proceso). El inconveniente es que no evita la causa de la humedad, ya que no corta la ascensión del agua en el muro, por tanto el muro se estará secando, pero no deja de absorber agua.
Y recuerda
Para acabar con la humedad por capilaridad no existe un método mejor que otro, sino que cada uno de ellos será más conveniente dependiendo de nuestro caso concreto. Existen múltiples particularidades que pueden condicionar la elección de una solución con respecto a las demás: factores técnicos (fiabilidad) y factores económicos (precio final) son los más temidos por la mayoría de afectados, y sólo en última instancia la valoración de un especialista en humedades podrá poner todas estas circunstancias en la balanza para determinar cuál es la solución más acertada a cada problema.
Luis clavijo dice
Excelente analisis