La humedad por condensación es uno de los problemas más habituales en las viviendas durante los meses de invierno. A menudo relacionamos este problema con la lluvia, pensamos que la humedad de nuestra casa es debida a que está lloviendo fuera, pero ¿qué hay de cierto en esto?
¿Qué es la humedad por condensación?
La humedad por condensación es una patología constructiva en la que el vapor de agua se convierte en agua líquida. Encontraréis una definición entendible y completa en nuestro artículo ¿Qué es la humedad por condensación? Definición para profanos.
Los síntomas típicos de la humedad por condensación son la aparición de manchas negras en paredes, techos, vigas y columnas; también es habitual que la ropa coja “piojillo”, especialmente la ropa de cuero y de ante, que las ventanas se empañen e incluso se mojen, que los armarios cojan olor a humedad…
¿Cuándo se forma la condensación?
La humedad por condensación se forma al confluir dos circunstancias en el mismo espacio: un aire con una humedad relativa elevada y una superficie con una temperatura muy baja. Cuando ambas entran en contacto, la humedad del aire condensa: deja de ser vapor de agua y se convierte en agua en estado líquido.
Como veis, en esta ecuación no aparece la lluvia, no se trata de una humedad procedente del exterior ni de una filtración a través de las paredes. El origen de esta humedad está en el interior de la propia vivienda.
¿En qué influye la lluvia?
En nada. La lluvia en nada influye en la aparición de humedades por condensación. Lo que ocurre es que, estadísticamente las precipitaciones son más comunes en los meses de invierno, cuando también las causas de la condensación se acentúan por culpa de la climatología.
Con las bajadas de temperatura típicas de noviembre y diciembre, nuestros hábitos de vida tienden a volverse más herméticos. Abrimos menos las ventanas, salimos menos de casa, ventilamos menos tiempo, abusamos de la calefacción… En el fondo, todos estos hábitos aumentan la humedad relativa interior de la vivienda: el primero de los dos factores que influye en la condensación.
Además, a todo lo anterior hay que sumar que las temperaturas en el exterior descienden en los meses de invierno, haciendo que las ventanas y las paredes de nuestra casa (especialmente las exteriores) estén más frías. Esta es la causa que genera la aparición del segundo de los factores: la baja temperatura de los cerramientos.
La confluencia de estas dos circunstancias a la vez sí genera humedades por condensación. Y ambas tienden a aparecer en los meses más fríos cuando, estadísticamente, también es mayor la cantidad de lluvias. Es por esto que tendemos a pensar que la lluvia es la causante de las humedades si bien, en realidad, se trata de una coincidencia. Aquellos días en que habiendo bajas temperaturas no esté lloviendo, las humedades por condensación aparecerán del mismo modo cuando en nuestra vivienda coincidan las dos circunstancias que la generan: el exceso de humedad del aire y la baja temperatura de algunas superficies.
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