El agua es fuente de vida, indispensable para la supervivencia de los seres vivos. Y, sin embargo, es también fuente de los múltiples problemas de humedades que a diario tratamos de solucionar desde Hume Ingeniería. En el artículo de hoy hemos querido desgranar, en parte, qué es el agua en su origen, pues entendiendo a qué nos enfrentamos y cómo se comporta, estaremos dando el primer paso para acabar con las humedades de nuestra vivienda.
El agua es el compuesto químico más abundante en la naturaleza, no obstante, el agua dulce es escasa debido a que representa menos del 3% total del agua disponible en el planeta. Este agua dulce contiene pequeñas cantidades de sales minerales disueltas, muchas de ellas beneficiosas para la vida animal y vegetal. El resto es agua salada principalmente de los mares. Aún más, el 70% del agua dulce está en forma de hielos de modo que el agua líquida dulce es menos del 1% del agua disponible.
El agua cumple un complejo ciclo hidrológico a nivel planetario, en cuyas diferentes fases experimenta cambios químicos y físicos importantes, disolviendo sales y gases, y participando en la vida acuática y otros procesos, como la fijación de agua de cristalización en sales que cristalizan. El ciclo contempla estados sólidos (nieve y hielo), líquidos (mares, ríos y lagos), y vapor gaseoso (humedad atmosférica). En el planeta el agua total permanece sensiblemente constante. Este elemento es absolutamente necesario no sólo para el hombre, sino también para todo el reino animal y vegetal.
El cuerpo humano está conformado en un 70% de agua, sin embargo, su importancia para los humanos no queda ahí, ya que además de la bebida y la alimentación, es útil en la vivienda, la agricultura, la ganadería, la industria, entre otros.
El ciclo del agua
Este ciclo comienza cuando el agua se evapora desde la superficie de los mares y continentes hacia la atmósfera. Cuando ésta se satura, el vapor se condensa creando minúsculas gotitas que se mantienen en suspensión formando nubes que, al crecer, son atraídas por gravedad hacia la superficie terrestre provocando las lluvias. En las alturas de las montañas y en los polos el agua queda atrapada en forma de hielos. El resto forma ríos, lagos y otros cursos que desaguan finalmente al mar. Parte de esa agua penetra en la tierra formando napas subterráneas. En su camino al mar el agua se va enriqueciendo en sales que finalmente salinizan el mar. Luego, el ciclo vuelve a repetirse.
Llegados a este punto, el agua está presente en nuestras vidas y en nuestras viviendas. Y es a partir de aquí donde, en ocasiones, se convierte en una amenaza de humedad para nuestro hogar.
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