Gran parte de los problemas que con los años afloran en edificios y construcciones están relacionados con el agua, la humedad y sus consecuencias. La humedad en edificios, si no se corrige a tiempo, puede tener efectos adversos muy negativos que pueden dejarlos inhabitables.
Si quieres saber más sobre los peligros de la humedad en edificios, en nuestro artículo de hoy recopilamos los problemas de humedades más comunes en edificios y cómo pueden afectar a la solidez y estructura de los mismos.
Índice de contenidos
Tipos de humedades más comunes en edificios
Por norma general, las humedades en edificios más comunes y problemáticas suelen darse en sótanos, garajes y plantas bajas y se producen principalmente por dos fenómenos: la capilaridad y las filtraciones.
A menudo, estos fenómenos ocurren como consecuencia de la acumulación del agua en el terreno (generalmente por exceso de lluvias) y provocan la incursión del agua en los cimientos y elementos estructurales del edificio.
¿Cómo puede afectar la humedad a un edificio?
Pérdida de solidez de elementos estructurales
Las humedades estructurales (las que afectan a vigas, muros de carga, etc.) pueden ser el origen de graves problemas en la edificación, ya que causan pérdida de solidez en los muros de carga y afectan directamente a la seguridad de edificios, viviendas y construcciones.
De no atajarse a tiempo, la humedad puede llegar a asentamientos de muros de carga, ocasionando grietas en fachadas y muros, lo que facilita la entrada de más humedad a la estructura, favoreciendo la corrosión de las armaduras.
El resultado final de este deterioro es la rotura y desprendimiento de material en elementos estructurales tales como vigas, pilares y muros. Asusta solo de pensarlo, ¿verdad? .
Pérdida de estabilidad
Por otro lado, la capilaridad generada como consecuencia de las lluvias torrenciales y los constantes cambios de los niveles freáticos afecta directamente a la estabilidad de los edificios, más en concreto a edificios antiguos que carecen de protección frente a la humedad, ya que la humedad que se genera asciende por las paredes de mampostería porosa o permeable y termina no sólo afectando revestimientos exteriores, sino también el interior, donde acaba aflorando en yesos, escayolas, grietas, goteras, inundaciones, manchas de humedad, mohos, bacterias, malos olores y podredumbre de los objetos de madera.
Además, si la subida del agua arrastra los minerales captados en el suelo o sus sales higroscópicas (sulfatos, nitratos, cloruros…), se producirán efectos secundarios aún más dañinos.
Y recuerda…
Debemos ser cautos con las consecuencias de la humedad en edificios ya que, a medio-largo plazo, sus efectos pueden derivar en roturas y desprendimientos en fachadas, paredes y techos.
Ten en cuenta que este tipo de humedades han de ser analizadas y eliminadas de forma rápida y definitiva y que cualquier parche será prolongar la agonía.
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