¿Cuál es la mejor solución a la humedad por capilaridad? Esta es la duda que asalta a muchos de nuestros clientes y en Hume Ingeniería, ejerciendo de buenos gallegos, nuestra respuesta es siempre la misma: ¡depende!
En las soluciones a la humedad por capilaridad en rehabilitación existen muchas alternativas que, desde hace unas fechas, tratamos de dar a conocer. Con esa intención hemos creado un recopilatorio de posibles soluciones a la humedad capilar, cuyo enlace encontraréis al final de este artículo. Recordad que no existe una solución mejor que otra, sino soluciones que se adapten mejor a nuestro problema concreto y, por tanto, nos resulten más rentables según el caso.
Siguiendo el hilo de posibles soluciones, las barreras impermeables son aquellas que pretenden evitar el contacto directo entre la base del muro y el terreno. De esta forma, se elimina la posibilidad de ascensión del agua. Existen distintos tipos de barreras impermeables capaces de lograr este objetivo, y entre todas ellas, hoy nos centraremos en las barreras físicas.
Las barreras físicas se comenzaron a utilizar en la ciudad de Venecia para evitar las importantes ascensiones de agua en los edificios y es que, como es obvio, todas las casas se encontraban amenazadas por el agua. El objetivo: eliminar el contacto entre la base de los muros y el terreno. Para ello, este método consistía en introducir unas láminas metálicas (normalmente de plomo, por su ductilidad), en las zonas inferiores de los propios muros y siempre por encima de la rasante exterior. Este procedimiento se hacía extrayendo las piezas del muro de una en una, a medida que íbamos colocando la lámina y reponiendo las piezas.
Método Veneciano: actualmente este método se ha ido modernizando y hoy en día se emplean otros metales, como el cobre o el aluminio, e incluso láminas de PVC y elastómeras; a veces también hay quien usa láminas bituminosas con armaduras. En cualquier caso, el sistema viene siendo el mismo desde el punto de vista conceptual: hay que realizar bataches en las zonas inferiores de los muros, solapar las láminas de los diferentes tramos e ir rellenando posteriormente las oquedades con morteros de reparación estructural sin retracción o morteros con resinas epoxi. La dimensión del batache dependerá de las características del material del muro y de su comportamiento estructural.
En definitiva, debemos garantizar la estabilidad de una estructura a la que, poco a poco, le vamos retirando y reponiendo las piezas de sostén. Una vez colocada la lámina debemos evitar que sea vista por cualquiera de las caras del muro, por lo que solemos ocultarla con el mortero de reparación para, seguidamente, optar por el revestimiento decorativo que más nos guste.
Sistema Masari: al igual que cualquier otra barrera física, su concepción está basada en el sistema veneciano. En este caso, se realiza una perforación en el muro con una máquina perforadora de broca cilíndrica con punta de diamante de diámetro de 30 a 35 mm. Esta máquina efectúa el corte del muro en bataches de unos 50 cm de largo y, a medida que va avanzando, la propia máquina rellena el hueco con una mezcla de mortero de resina de poliéster, garantizando la estabilidad del muro y creando una barrera impermeable. La ventaja de este método radica en que una misma herramienta se encarga de todo el proceso. El inconveniente será el coste de una máquina de características tan específicas para, en principio, un único uso.
Sistema Comer: en este caso se realiza un corte del muro con una máquina patentada por el propio Sistema Comer, que cortará la base del muro con un espesor de entre 8 y 13 mm, y una profundidad de hasta 1,30 metros. Posteriormente, se inserta en el hueco una lámina de polietileno o resinas de 2 mm de espesor, y la propia máquina inyecta un mortero sin retracción a baja presión, no quedando comprometida la estabilidad del muro.
Ladrillo de vidrio: conceptualmente es idéntica a las anteriores, si bien en este caso la base del muro se repone mediante un ladrillo sintético o «de vidrio». La principal ventaja del ladrillo de vidrio es su alta resistencia portante, que le permite soportar muros pesados sin ver alterada su respuesta con el tiempo. No obstante, esta particularidad que podría parecer una gran ventaja en realidad no lo es tanto, ya que ningún método de barreras físicas es aplicable sobre muros de carga.
Ningún método de barreras físicas es aplicable sobre muros de carga. Al menos, su uso no es recomendable desde el punto de vista de la seguridad estructural.
Tal y como hemos visto, en todos los métodos comentados es preciso establecer un corte del muro en su base para poder insertar el material que ejerza de barrera. Obviamente este proceso debe hacerse por fases, paulatinamente, para evitar el derrumbe del muro por falta de apoyo. Y en este punto, especial consideración merecen los muros de carga, cuya capacidad de soportar el edificio amenaza la seguridad de la estructura en su conjunto. Por este motivo, estos métodos deben aplicarse únicamente en tabiquerías divisorias sin función estructural o, de lo contrario, estaríamos exponiendo a la estructura a un potencial riesgo de derrumbe.
Para los que queráis conocer más alternativas frente a la humedad por capilaridad, aquí os dejamos el enlace prometido: un link a los otros métodos que existen para arreglar las humedades por capilaridad.
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