En nuestro anterior post establecíamos tu primer contacto con la termografía. Ahora que ya sabemos en qué consiste y para qué sirve, veamos otras aplicaciones especialmente interesantes de la termografía.
Otras aplicaciones especialmente útiles
Aparte de todo lo comentado con respecto a la termografía en nuestro hogar, esta técnica también ofrece una valiosa información durante la restauración de edificios y monumentos. Pensemos, por ejemplo, en el caso de iglesias o monumentos históricos, que perduran con el paso de los años y los siglos pero se van encontrando, cada vez más, en un delicado estado de conservación.
Una imagen infrarroja nos permite revelar con nitidez los entramados ocultos de estas construcciones. Con esta información se puede decidir, por ejemplo, si tiene sentido picar y levantar un revoque o si, por el contrario, es preferible no tocarlo (bien porque no haría falta o bien porque pondríamos en riesgo la integridad del conjunto). También sabremos detectar con anticipación los posibles desprendimientos de un revoque deteriorado en las paredes, para poder tomar así las medidas oportunas de cara a su conservación. La termografía nos permite cerciorarnos antes de actuar. Esta afirmación, que para los monumentos históricos resulta clave en su conservación (para no dañar un patrimonio de valor), a nosotros, los ciudadanos de a pie, nos resulta clave en nuestro bolsillo: clave para no despilfarrar el dinero con posibles reparaciones encaminadas a ninguna parte hasta saber a ciencia cierta dónde y cómo actuar.
La evaluación de filtraciones de agua en tejados de cubierta plana es otra aplicación muy particular y extendida. El agua retiene el calor durante más tiempo que el resto de materiales del tejado, pudiéndose detectar con la cámara una vez puesto el sol cuando el tejado ya ha empezado a enfriarse. La ventaja es de nuevo evidente: se pueden reducir ampliamente los costes de reparación identificando las zonas húmedas donde se localizan los problemas, en vez de reemplazar el tejado en su totalidad. Pero claro, si consultamos directamente a una empresa cuyo negocio es reparar y sustituir tejados, ya nos podemos imaginar que la respuesta no va a ir por el mismo camino…
Termografía y salud
Como empresa especialista en humedades, no podemos dejar de incidir en la afección que genera el moho sobre nuestra salud. El moho, que en el fondo es una familia de hongos, no sólo afecta a las construcciones en las que aflora, sino que también supone riesgos para la salud de las personas y provoca alergias a los ocupantes.
Las esporas de los mohos tienen las mejores condiciones de crecimiento cuando la humedad del aire ambiente se reúne y llega a precipitarse en forma de gotas. Tanto las substancias minerales de la pared como los papeles pintados son excelentes medios de cultivo para los hongos. ¿Y dónde entra la termografía en este escenario? Pues resulta que gracias a la nueva función que incorporan las cámaras de visualización de puntos de condensación, se muestran en pantalla los puntos amenazados de enmohecimiento mediante una alarma de color en la imagen. Las zonas que están o pueden estar afectadas se detectan rápidamente y en el acto. O lo que es lo mismo, con la cámara termográfica adecuada se previene, antes de suceder, la aparición de mohos, permitiéndonos actuar en consecuencia y salvaguardar nuestra salud de sus efectos. Una llamada a un técnico con cámara termográfica no sólo resuelve problemas, también los previene.
Con estas líneas esperamos haberos aclarado, al menos un poquito, qué ventajas nos ofrece la termografía. Como veis, se trata de una técnica que puede sernos de utilidad a cualquiera de nosotros en casa. Desde Hume Ingeniería, os invitamos a que contactéis con nosotros si tenéis interés en conocerla más a fondo.
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