En abril, aguas mil. Tirando de refranero popular da inicio un nuevo mes de abril que, en honor a la consabida coletilla, debería hacerlo cargado de lluvias por doquier. En realidad, los registros de precipitaciones del pasado mes de marzo revelan que en Galicia venimos sufriendo lluvias por encima del doble de lo habitual, ¿será este el panorama que nos aguarda también para abril?
Contra los malos augurios auspiciados por los registros de precipitaciones de marzo, basta echar la vista atrás al abril más reciente de los vividos. El pasado abril de 2017 fue el abril con menos lluvias de la historia, desde que se inició la recogida de datos. Un hecho que, cuanto menos, llama la atención frente a los episodios de lluvia intensa acaecidos en las últimas semanas.
La explicación podría hallarse en el latente cambio climático del planeta. La realidad nos muestra importantes altibajos en la meteorología, que resultan especialmente relevantes al compararlos con los registros históricos. Estamos ante una época de fuertes contrastes climáticos, donde la estabilidad estacional en el tiempo parece no ser una fuente fiable para la predicción. Desde Hume Ingeniería, como empresa especializada en solucionar problemas de humedades en viviendas, nos preguntamos ¿de qué forma afectarán las lluvias a las humedades en nuestro hogar?
En realidad, las precipitaciones de lluvia únicamente guardan relación directa con uno de los tres grandes tipos de humedades que pueden afectar a una vivienda: las filtraciones. Resulta razonable que, ante grandes trombas de agua de la lluvia, aumente el riesgo de filtraciones a través de fachadas, tejados y terrazas. Cualquier defecto en la impermeabilización, incluso una pequeña fisura puntual, puede suponer la filtración del agua de lluvia en nuestra vivienda. En estos casos de filtración directa sí existe una relación causa-efecto entre la lluvia y la humedad pues, en el momento en que deja de llover, el defecto constructivo perdura pero no ocasiona humedades.
A diferencia del caso anterior, los otros dos grandes grupos (humedades por condensación y humedades por capilaridad) apenas guardan relación con la presencia de lluvias en el exterior. Estos son los casos que a menudo llevan a equívoco a los usuarios, ya que las lluvias no son causa directa de los problemas de humedades.
En cualquier caso, para resolver un problema de humedad en el hogar la mejor pauta de actuación pasa por realizar un minucioso diagnóstico, particularizado para cada caso, que nos permita conocer con acierto las causas de la humedad. Conocer las causas es la mejor garantía para adoptar una solución realmente eficiente y duradera.
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