Año nuevo, vida nueva. Comienza el mes de enero y las fiestas y las comilonas van quedando atrás. Toca rehacerse a la rutina del día a día y muchos la afrontamos renovados, con la mejor de nuestras ilusiones, enfocados en dar cumplimiento a esos nuevos propósitos de año nuevo. Haciendo examen de conciencia, cada uno habrá detectado sus cuentas pendientes en el año que nos deja, y resta todo 2018 por delante para abordar lo que hasta ahora hemos dejado pasar. ¡Quién sabe, tal vez sea este el momento de acabar con las humedades en casa de una vez por todas!
Arranca el año 2018, y en el sector de la construcción lo hace con la esperanza de alcanzar un repecho tras la enorme crisis del ladrillo. Los últimos resultados del ejercicio de 2017 arrojan un halo de esperanza tras haber tocado fondo, y esta vez sí, la batalla contra las humedades puede verse beneficiada.
El futuro a corto plazo de la construcción pasa por el área de la rehabilitación. El mercado ha dejado muy tocados a promotores e inversores, llevando a la quiebra a muchos de ellos y volviendo más prudentes a los que han logrado sobrevivir. En este contexto, existe una aceptación generalizada de que ha llegado la hora apostar por la rehabilitación de edificios, obligados a dejar la construcción de obra nueva aparcada, al menos por un tiempo. En los últimos tiempos hemos visto cómo el Gobierno ha activado un plan de subvenciones en materia de rehabilitación y eficiencia energética, con el objetivo de acondicionar las edificaciones existentes a un uso más rentable y eficiente por sus ocupantes. Lo que se pretende es que el ciudadano invierta en mejoras sostenibles y razonablemente económicas para su hogar ya que, en caso contrario, a posteriori redundaría en un mayor coste en medidas correctivas. Y entrando en materia de rehabilitación de viviendas, las humedades son uno de los mayores quebraderos de cabeza de la población en general.
Existen muchos y muy distintos problemas de humedades en viviendas y, sin embargo, todas tienen un denominador común: la frustración de sus ocupantes. No importa que sea un problema de nuevo cuño o una humedad recurrente de todos los inviernos, que sean humedades en una estancia o tal vez en toda la vivienda, humedades en las ventanas, en las paredes o en los techos. Al final, el resultado es el mismo: un problema que desespera al usuario y que, hasta que consultas con profesionales, a menudo no sabes cómo atacar.
Cada problema de humedad debe ser analizado por sí mismo para encontrar la solución idónea. Hoy en día, conocer la causa y la mejor solución a un problema de humedad está al alcance de cualquiera. Contactar con una empresa especializada en humedades puede llevarte a acabar para siempre con tu quebradero de cabeza. Ya no hay necesidad de recurrir a los parches que nos brindan los grandes almacenes o de dejamos guiar por los consejos de ese vecino que siempre sabe de todo. Si entre tus propósitos de año nuevo está acabar con la humedad de tu hogar, nunca lo has tenido tan fácil. En 2018, esta vez sí, ya no hay excusas, ¡acaba con las humedades de tu hogar de una vez por todas!
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