“Yo ventilo todos los días, pero sigo teniendo condensación”. Esta es una de las primeras frases que a menudo escuchamos en nuestras visitas de diagnóstico de humedades. “Vino un perito del seguro y me dijo que tengo condensación pero, en mi caso, por ventilar no puede ser”. Y por desgracia, sin embargo, a menudo sí que es. Así que vamos a tratar de explicar por qué muchas veces la humedad surge incluso cuando ventilamos nuestra vivienda con normalidad.
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¿De qué humedad estamos hablando?
Estamos hablando de humedad por condensación. Este es el único tipo de humedad que podría tener origen en una insuficiente ventilación. Cualquier otra tipología de humedad responderá a causas diferentes, y ojo, hay condensaciones que no son debidas a la ventilación.
¿Y qué es la humedad por condensación?
La humedad por condensación es aquella que nace en el aire interior a la vivienda, ajena a las lluvias o a las filtraciones procedentes del exterior. Para que tenga lugar un problema de condensación tienen que darse dos circunstancias a la vez. Por un lado, el aire de la vivienda debe contener una cantidad de vapor de agua superior a la deseable. Por otro lado, al mismo tiempo también debe existir alguna superficie (paredes, ventanas, techos…) cuya temperatura sea demasiado baja. Cuando ambas cosas suceden a la vez, se produce la condensación. Es el contacto de ese exceso de humedad con la superficie fría lo que provoca el problema de condensación.
¿Y el aire de mi casa tiene demasiada humedad?
Si tienes síntomas de humedad por condensación en casa, como por ejemplo colonias de moho en techos y paredes o ventanas mojadas cada mañana de invierno, lo normal es que sí, que en tu casa el aire tenga más humedad de lo deseable. No siempre se puede afirmar con rotundidad, habrá casos en que tal vez la humedad no sea demasiado alta y la condensación aparezca motivada por su otro condicionante (la temperatura de esa superficie en que es visible), pero no queramos engañarnos, estadísticamente la mayoría de problemas de humedad por condensación sí son debidos a un exceso de humedad en el aire interior. Nosotros mismos con nuestros hábitos diarios generamos humedad en la vivienda, así que debemos también darle salida para evitar potenciales problemas.
¿Cómo se soluciona esta humedad?
Aquí es donde surge el escepticismo. La ventilación va a conseguir sustituir el aire interior de nuestra casa, que es el que puede tener exceso de humedad, por nuevo aire procedente de la calle que, contra lo que solemos pensar, casi siempre va a tener menor humedad en términos absolutos. Esto significa que ventilando la casa vamos a reducir la humedad y, con ello, el riesgo de sufrir humedades por condensación, así que sólo cabe plantearse ¿cuánto necesito ventilar mi casa para no tener problemas de condensación?
“Yo ventilo todos los días, pero sigo teniendo condensación”
Y cuando sigues teniendo condensación, la realidad es que la ventilación que estás llevando a cabo es insuficiente para evacuar toda la humedad que hay en el aire de tu vivienda. Y ojo, con esto no queremos decir que se ventile poco o se ventile mal, sino que hay ocasiones, no pocas, en las que la ventilación que ofrece una vivienda es insuficiente para evitar las humedades por condensación.
Ventilar cinco o diez minutos al día puede ser suficiente para una casa que no tenga riesgos potenciales de sufrir condensación, en cambio, puede quedarse corto para viviendas en que sabemos que tenemos este problema. Los materiales constructivos, el uso de las estancias, la orientación de la vivienda, el número de ocupantes… muchos son los factores que condicionarán las necesidades de ventilación, así que nuestros hábitos deben adecuarse a nuestro caso concreto.
Ejemplos típicos que requieren mayor ventilación
El artículo de hoy ha pretendido sentar las bases para comprender el problema. Nuestra intención era explicar que, por desgracia, hay veces en que las humedades sí son por una insuficiente ventilación, aunque nosotros creamos que era imposible porque sí ventilamos. Así que la semana que viene toca poner ejemplos ilustrativos. Os emplazamos a nuestro siguiente post: Ejemplos típicos que requieren mayor ventilación.
Si las ventanas están todo el dia abiertas baja el porcentaje de humedad a un 45% en el momento q las cierras vuelve a subir a un 78% .
Tanto en verano como en invierno.