Las humedades por filtración en fachada pueden producirse en sitios muy diversos de la fachada y por causas muy variopintas, algunas más generalizadas y otras más concretas, pero todas tienen en común su factor más evidente: un sistema de protección deficiente ante las lluvias.
Si tuviésemos que generalizar diríamos que, a grandes rasgos, una filtración de agua de lluvia en la fachada puede deberse a:
- Un sistema de impermeabilización mal diseñado o inexistente en proyecto, en cuyo caso, la responsabilidades habrían de exigirse al proyectista.
- Un sistema de impermeabilización correcto y bien diseñado, pero mal ejecutado, en cuyo caso, las responsabilidades habrían de exigirse al constructor.
Normalmente, en las fachadas con humedades por filtración nos encontramos una mezcla entre ambos casos. ¿Por qué ambos casos? Pues porque lo que suele ocurrir es esto:
Es muy raro que una fachada tenga filtraciones en toda su superficie, lo más común en caso de haber filtraciones, es que se estén produciendo por zonas muy concretas. Estas zonas concretas, en la inmensa mayoría de los casos suelen corresponderse con los remates y puntos conflictivos como los encuentros, cuya ejecución no suele venir detallada en proyecto (responsabilidad del proyectista) pero tampoco suele comprobarse a pie de tajo en la obra (responsabilidad del constructor), ya que se sobreentienden como cuestiones menores, cuando en realidad los problemas de humedad casi siempre provienen de los mismos sitios en cualquier fachada, a saber:
- Vierteaguas de las ventanas
- Antepecho y remates superiores de la fachada
- Aleros y cornisas de la fachada
En nuestros próximos posts ahondaremos en cada uno de estos tres casos, para que puedas sumergirte en el que más te interese ¿cuál de ellos crees que es el tuyo?
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