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La termografía es una herramienta indispensable en pleno 2016 para el estudio y resolución de las humedades. En artículos anteriores hemos incidido en su eficacia para combatir distintos tipos de humedades, hoy queremos profundizar en su relevancia frente a las humedades por capilaridad.
En una humedad por capilaridad, proveniente del terreno y que asciende por las paredes, la termografía nos ayuda a despejar incógnitas que hasta ahora sólo podíamos intuir. Un muro o tabique totalmente sano, sin humedad, revelará a la cámara térmica una imagen homogénea, sin resaltes bruscos de colores, dado que su composición y su temperatura se presuponen uniformes. En cambio, un muro o tabique contaminado por humedad capilar, se traducirá en una imagen como la que se muestra, en la que se perciben las acumulaciones de agua, conociendo con exactitud la altura a la cual se encuentran dañados los revestimientos.
La termografía nos revela el avance de humedad en la pared y nos permite deducir la acumulación de depósitos salinos procedentes del terreno
Toén (Ourense). Septiembre 2015.
En relación con la humedad por capilaridad, la termografía resultará crucial en las siguientes dos circunstancias.
1. En la propia detección de la humedad capilar
Con la termografía se muestran las acumulaciones de agua en las paredes sin necesidad de establecer ningún contacto con la propia pared. Hasta ahora, el análisis de estas humedades se efectuaba mediante la observación de las circunstancias del entorno y el empleo de un higrómetro de contacto, que nos permite conocer el índice de humedad porcentual en distintos puntos de la pared. La ventaja de la termografía es que, al revelarnos el recorrido exacto del agua a través de la pared, nos permite distinguir si se trata de una humedad por capilaridad o una humedad por otra causa distinta (por ejemplo, una fuga en instalaciones). Es decir, gracias a la termografía podemos ratificar la causa de la humedad, descartando otros posibles orígenes, lo que reduce el abanico de soluciones minimizando el margen de error.
Medición porcentual de humedad sobre revestimiento mediante higrómetro de contacto
O Carballiño (Ourense). Julio 2016.
2. En la reparación de los daños
Esta parte es quizás la más importante. Cuando hay humedades por capilaridad, una vez reparado el origen de la humedad, por ejemplo con el método de inyecciones químicas, es indispensable reparar el daño (siempre hay que reparar el daño, no pensemos que la pared va a secar sola simplemente por dejar pasar el tiempo). Muchas veces esta actuación consiste en el picado y posterior revoco de los revestimientos afectados por la humedad, pero la eterna pregunta es ¿a qué altura pico? ¿medio metro desde el suelo? ¿un metro? ¿más? Y es que en caso de que piquemos a una altura insuficiente, el agua acumulada en los revestimientos seguirá ascendiendo por la pared, aunque el tratamiento que hayamos empleado esté siendo efectivo y ya no ascienda el agua desde el terreno.
Es aquí donde la termografía cobra relevancia de nuevo. La respuesta correcta a la anterior pregunta es: debemos picar a la altura en que sepamos que ya no hay humedad. ¿Pero cómo saberlo con certeza? Hasta ahora, la única forma de contrastarlo era mediante mediciones con higrómetro de contacto, ya que muchas veces la humedad había ascendido hasta una altura mayor de la que a simple vista podíamos intuir por sus afecciones. Debíamos ir pinchando la pared en sentido ascendente hasta verificar que ya no había humedad, con la consiguiente incertidumbre de si la humedad habría ascendido a mayor altura en otros tramos de la misma pared. Gracias a la termografía podemos tener una imagen exacta de la altura y superficies a las que está contaminado el revestimiento en la pared, lo que nos permitirá picar y revocar los revestimientos con absoluta certeza de que no estaremos perdiendo el tiempo y el dinero.
Gracias a la termografía conocemos con exactitud la altura a la que tendremos que picar el revestimiento, una vez efectuado el tratamiento
Vilagarcía de Arousa (Pontevedra). Junio 2016.
La termografía es una nueva herramienta que nos simplifica mucho la vida a los técnicos y que, a ti como cliente, te permitirá reducir costes y afrontar actuaciones con la seguridad de que son necesarias y no hay gato encerrado. Si quieres conocer más aplicaciones específicas de la termografía y las humedades, atención a todo lo que te contamos desde Hume Ingeniería:
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