Es sabido por todos que, con el paso del tiempo, las fachadas de los edificios tienden a afearse y deteriorarse, normalmente por un deficiente mantenimiento. En realidad, existe una gran variedad de causas que pueden afectar a las fachadas, tanto estética como funcionalmente, e incluso llegar a producir humedades en el interior de nuestras viviendas.
Diferentes causas
Las causas que estropean las fachadas pueden ser muy variadas, desde pequeñas afecciones puntuales hasta grandes desperfectos generalizados. En ocasiones, coinciden a la vez varias causas y no sólo una, lo que puede llevarnos a engaño a la hora de buscar soluciones. Por este motivo, y dado que suele tratarse de obras de cierta envergadura a nivel económico, lo ideal sería efectuar una inspección previa con un técnico especializado que sepa determinar el origen del problema y proponer una reparación acorde al estado evaluado.
El paso del tiempo, acompañado en muchos casos por la zona geográfica y la climatología propia de la vivienda, suele ser uno de los agentes más dañinos para la construcción. La falta de mantenimiento a lo largo del tiempo es otra de las causas que, estadísticamente, mayor número de reparaciones genera en las fachadas.
Recordemos que siempre será preferible efectuar una obra de mantenimiento preventivo que una reparación de carácter correctivo.
Dependiendo de los síntomas que presente la fachada, los problemas pueden ser debidos a múltiples causas. Entre ellas y a modo de ejemplo, podríamos enumerar la capilaridad del agua procedente del terreno, las sales que cristalizan en la red de poros de los materiales, los cambios bruscos de temperatura, las heladas que generan acciones mecánicas en los cerramientos, la incidencia del agua de lluvia y el viento, rotura de canalones y bajantes, la contaminación atmosférica, el uso del mortero de cemento en casos en los que no es compatible con los materiales, en elementos estructurales de madera… y así un sinfín de patologías que, a la postre, podrían generar humedades en nuestra vivienda.
Problemática
Los daños más habituales en fachadas son, en realidad, detectables a simple vista. Entre los efectos más comunes suelen llamar la atención la aparición de grietas, las nuevas manchas tanto en el exterior como en el interior de la vivienda, desprendimientos de piezas, desconchado de las pinturas…
Otro de los daños más reconocibles es la aparición de agentes xilófagos como las termitas. Surgen en ambientes con alto contenido de humedad atacando a los elementos de madera que, en caso de ser elementos estructurares, pueden afectar a la capacidad portante de la estructura disminuyendo su resistencia.
Como cada caso es muy particular y la afección específica en cada fachada exigirá unas actuaciones concretas, hemos querido crear la siguiente recopilación de artículos, que iremos actualizando semana a semana. Pretendiendo detallar cada una de las causas más habituales que pueden dar lugar al deterioro de las fachadas, tendremos:
- Deterioro de fachadas debido a la contaminación atmosférica
- Deterioro de fachadas debido a la expansión hídrica
- Deterioro de fachadas debido a la expansión del mortero
- Deterioro de fachadas debido a la rotura de canalones y bajantes
- Deterioro de fachadas debido a las heladas
- Deterioro de fachadas debido al agua de lluvia
- Deterioro de fachadas debido a la cristalización de sales solubles
- Deterioro de fachadas debido a movimientos del edificio
- Deterioro de fachadas debido a las pintadas
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